domingo, 6 de noviembre de 2011
Negocio espiritual: Cada vez más en esta sociedad de consumo, donde tenemos las necesidades básicas cubiertas y otras más: alimento, cobijo, estudios, televisión, internet, móvil... etc, etc. Surgen nuevas grietas que cubrir hay miedos, carencias afectivas, dramas familiares, necesidad de amor, problemas económicos, de adiciones, de salud ...etc, y ante todo esto surgen aquellos que nos van a solucionar los problemas limpiándonos el aura, abriéndonos los chakras, incrementándonos la energía, aquellos que nos auguran un novio mejor o un trabajo a la vuelta de la esquina. Y todo esto ayuda a mucha gente que de verdad lo necesitan porque en ese momento es su tabla de salvación. Respeto profundamente a las personas que acuden a estas ayudas y a aquellos con profesionalidad se dedican a ello. Pero curiosamente la mayoría son gente que lo hacen en la trastienda de una herboristería, en una librería... gente que trabaja en otra cosa y que lo tiene como dinerillo extra porque por mucho que algunos pidan la "voluntad" no deja de ser mucho dinero que no se declara. Si los que queremos ayudar a los demás nos formamos y preparamos con nuestro sacrificio y para hacerlo todo legal tenemos que hacernos autónomos, pagar trimestres, Ivas... etc ¿Por qué tiene que haber tanto intrusismo en estos sectores? En estos sitios donde igual te leen la mano como que te hacen una clase de yoga o de meditación pero que no son ni un centro de tarot ni son una escuela de yoga sino una librería por ejemplo. Este tipo de "negociantes" deberían tener más respeto. Nadie se imaginaría una peluquería donde vendieran quesos, o una tienda de ropa donde vendieran pan. Pero en este mundillo espiritual todo vale.
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