domingo, 6 de noviembre de 2011

He dejado de ser buscadora. Hay un anhelo intimo en toda persona que se ha dedicado a meditar o a practicar yoga de una manera seria: se trata de el reencuentro con nuestra verdadera identidad, también llamado autorealización, iluminación (aunque esta palabra tiende a las malas interpretaciones)... se le puede llamar de muchas formas. Los buscadores espirituales saben a lo que me refiero. Cuando se tienen atisbos o vislumbres de una experiencia trascedental ya no te interesa nada más en el mundo, se convierte en tu motor principal. A veces en la desesperación nos dejamos llevar por promesas de gurús: realiza esta técnica con vehemencia y lo conseguirás, este mantra, esta meditación y así los buscadores van de un maestro a otro, durante años y años. Paradójicamente lo que desaparece que es el falso "yo" creado por la mente es el que se quiere hacer autodesaparecer a base de esfuerzo y control: sería como un perro queriéndose morder su propio rabo.
Siempre creemos que tenemos la sartén por el mango: yo decido, yo controlo, yo eligo..... y si fuera así ¿porqué no te iluminas si depende de tu fuerza de voluntad? nos dicen ignora los pensamientos, obsérvalos y estos se irán disipando. Pero lo gracioso, es que esto sucede cuando no pones ninguna tensión ni esfuerzo en lograrlo, se trata de todo un proceso gradual que aunque al principio parece que lo iniciamos nosotros con atención y autoobservación, luego es algo que se va instalando de una manera espontánea y natural. Hace tiempo que me di cuenta que me había encontrado de una forma tan real como sencilla, en el silencio interior todo se aclara, todo se comprende, y todo se vuelve fácil aún cuando las condiciones exteriores no lo sean. No hay métodos por mucho que así nos lo quieran hacer creer, lo que para una persona sirve para otra no.
¿quiero decir con esto que no hay nada que hacer o nada que practicar? Tampoco. Yo le tengo que agradecer mucho al yoga, al advaita, a las lecturas de maestros como Ramana Maharshi, Nisargadatta Maharat, Ramesh Balsekar, Osho, krisnamurti, Eckarht Tolle .....
No hay nada más hermoso que el presente, tan de moda tan nombrado en los ambitos de new age pero incomprendido ya que nadie está en este lugar,estando en el presente lo cotidiano se vuelve lleno de significado, estando en el presente, el tiempo se detiene no se percibe la vida a través del pensamiento automático sino que se percibe a través de los cinco sentidos. Y todo cambia aunque en apariencia siga igual. La diferencia es que dentro hay una paz inmutable que no depende de ninguna circunstancia, es la paz del reencuentro, la paz que todo lo trasciende.No significa volverse santo, no significa ser un lechado de virtudes, no significa no tener defectos. Significa saber quién eres en lo más profundo de ti, no hay nada comparable a esta transformación, no hay nada en el mundo material que proporcione algo duradero y estable como instalarse de manera permanente en el presente. Quienes lo han experimentado de forma ocasional saben a que me refiero, es tan impactante y tan bello que todas las palabras que existen se quedan cortas para describirlo. Gracias a la vida por revelarse de una manera tan intensa.

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